martes, 6 de agosto de 2013

Dejame compensar

Dejá que compense la fealdad de mis manos,
que recorra tus pechos,
que bordee tu pubis,
que me pierda esta noche
que te encuentre despierta.

Que mis manos sean fincas de árboles viejos,
que te apreten los muslos,
que te tiren del pelo,
que te claven las uñas
en el vientre expuesto.

Que mis manos sean botes navegando en tus mares,
que se tiñan de rojo
o de agua salada,
que te palpen desnuda,
que te reconozcan.

Que tus caderas hagan hablar a mis manos,
que las hagan sabias,
que las hagan fuertes.
Dejá que compense mi fealdad con mis manos.

lunes, 5 de agosto de 2013

Pensamiento siete

Florecer en invierno
siempre es más hermoso y admirable,
lástima que esto fue apenas un otoño tímido.