martes, 26 de octubre de 2010

Naciste dentro de una bolsa plástica verde y llena de mierda.
Creciste alimentándote de los cuerpos podridos de tus hermanos y hermanas.
Mamaste el calostro de los desechos putrefactos.
Caminando sobre pilas de huesos y oraciones mudas aprendiste a correr tras tu presa.

Sin más ojos que pantallas de tele.
Sin más extremidades que postes de luz.
Sin más historia que el telediario.

No pudiste ver que se te iba la vida a la basura.
¿Y cómo verlo si siempre estuviste ahí?
¿Cómo salir?
No se puede salir del mundo más que con la emancipación de la muerte.
Y ahora me decís que otro mundo es posible.
Y yo, que he chupado el flujo herido de la Tierra, te digo que no.
Que ya no.

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