viernes, 30 de septiembre de 2011

Mis ojos de luto

Hoy voy a maquillar negros mis ojos,
simularán vuelos en círculo de aves de mal agüero,
mareándonos, causando náuseas.

Serán como zopilotes,
anunciando el hedor de la carroña expuesta al Sol
sin que podamos verla.

Hoy voy a teñir de negro mis pestañas,
serán como barrotes apretados que nos separan.

Enjaulados mis ojos tras persianas negras
sentiré que muero,
y reiré,
nos reiremos.



martes, 27 de septiembre de 2011

A quien interese

Si a usted no le gusta la forma en la que siento la vida,
no me venga a decir que le gustó mi pasión por las cosas.

Si quiere tenerme cerca
para ser un aleccionador más de mi vida,
pues déjeme decirle que no necesito maestros,
y la emancipación de mis demonios
ya tiene espacio una vez por semana.

Le dejo claro de una vez que no me confieso,
que no me interesa la perfección de la gente obtusa.
Lo felicito,
viene usted descubriendo que tengo defectos.
Como le dije,
una vez por semana.
Y contando.

Aprendo a ser solo.
Solamente sola.
No creo que usted sea capaz de acompañarme.
No trate de tener lo que le queda grande.
Hay promo de 2 x 1 en las chicas de misa.
Aproveche si le interesa,
y si no,
de todas formas
déjeme pasar que llevo prisa.

Paradoja, parado hoja, hoja en el paro

Tiembla oscuridad,
hace y roza ruido,
casa, valle oprimido del corazón salvaje,
notas, locura, música, silencios...
cartón de huevos vencidos,
teléfonos sin nombre,
cartas con remitente sin destinatario,
oscuridad brillante,
calcetines con hueco,
2 x 1 impares y cine sin palomitas,
pelos de gato en la sopa,
hace ruido,
roza oscuridad flotante,
proverbios chinos occidentales,
3, 2, 1...
contrasentido

Escribir es una necesidad y un placer.
                             
                           Es un grillete que me ata a la cordura.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Amé tanto Perú,
Te amé tanto en Perú...

Y ahorita, estoy tan solo a una bolsita de té de que se nos acabe Miraflores.

martes, 20 de septiembre de 2011

Compartiendo soledad

Déjeme quitarme esta soledad con su espalda abierta al cielo.
Quiero sentirme liviana en sus brazos.

Déjeme quitarme esta soledad de hombre y de mundo en su pelvis.
Solo quiero sentir su sudor en mi cuerpo.

Déjeme acariciarle la noche y las estrellas.
Yo sé que usted también tiene necesidad de mis manos.

Después de todo los cuerpos se hicieron para estar juntos,
las manos para estar entrelazadas,
los pies para caminar hacia la cama de los amantes,
y mis cabellos para reposar en su pecho.


La verdad es que estoy triste, así a secas.

Siento tristeza, y no podría ni siquiera metaforizarla para que sonara hermosa o profunda.

Estoy triste, no encuentro nada más oscuro, nada que me llene más de apatía.

Triste.

Tampoco podría llorar, no es una tristeza de llanto, es de cuerpo, de taquicardia.

No podría explicarla, pero se siente como una tristeza sola, como una tristeza abandonada.

Es como estar en una esquina viendo pasar el mundo sin que el mundo me vea.

Triste.

Solamente sé que estoy triste.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Mi bella durmiente

                          G. Klimt-Óleo y pan de oro, obra inconclusa.


Quisiera ser ella...



jueves, 15 de septiembre de 2011

Puntos suspensivos

Siempre me han gustado los puntos suspensivos.
Dicen tanto tres puntos negros...

Sostienen los suspiros que flotan ingrávidos en mis pensamientos...
Dicen tanto con tan poco...

Son apenas tres lágrimas de tinta azabache, y contienen el mundo...
separado, infinito...

Son tres manchas de brea que nos mantienen inmóviles y distantes...
y entre cada charco negro, suspendidas,
las ilusiones y los temores....
Cómo me gustan los puntos suspensivos...

Cómo me gusta saber
que a veces no tengo que gritar con la pluma,
porque mis poros son puntos...
Puntos minúsculos que se resisten a unirse
para que yo tenga un espacio donde poder caer...
Un espacio para poder esconderme de estos huecos tan llenos de sentido...

Y me sostengo a la orilla,
y apenas con un dedo,
a estos tres puntos
que hoy me separan del mundo...




lunes, 12 de septiembre de 2011

Hacer el amor con la mirada

Hay días en los que recuerdo lo mucho que lo amo todavía, sí a usted... el que aún lee mi blog y guarda mis letras para protegerlas del tiempo y de mi maña de tirarlo todo por la borda. Pero hay días en los que usted aparece así no más, aparece de la nada y ya no recuerdo que lo amo, solamente lo amo... Y dejo de recordar lo que sentía al abrazarlo, solo para sentirlo de nuevo y comprobar que me hacía más falta de lo que quería pensar... que mi pecho aún se siente seguro en el suyo, que mis dedos se entrelazan perfectamente con sus manos en un abrazo inmenso, porque ayer hicimos el amor con la mirada... Un amor triste, impedido, mutilado... Hicimos un amor manco, sin extremidades ni extremos, sin más extremos que las lágrimas en las comisuras de los ojos, luchando para salir pero sin hacerlo. Hicimos el amor, con las manos, unas manos frías y temblorosas que querían arrancar el tiempo, la noche, la soledad y la ropa. Hicimos el amor, y luego nos soltamos, sin volver a ver atrás, arrancándonos de golpe, dejándonos bruscamente, porque sabíamos que era la única manera de no quedarnos abrazados infinito. Nos soltamos sin despedirnos, porque ya lo habíamos hecho, porque sería muy doloroso despedirse dos veces... Y nos alejamos, huimos el uno del otro teniéndonos miedo, desafiando el magnetismo de nuestros cuerpos, de nuestras manos, sin importar que nos vieran... hicimos el amor y nos alejamos...

jueves, 1 de septiembre de 2011

Carta a Neruda

Neruda, amigo... Yo también pude haber escrito los versos más tristes, pero ya vos los habías escrito... Mi alma no se contenta con haberlo perdido, pero se alegra de haberte encontrado, una vez más, siempre oportuno. "Es tan corto el amor y es tan largo el olvido" escribiste aquella vez para que pudiera robar tus palabras y hacerlas mías, para sentirlas, para usarlas de manto.

Regreso a este viejo poema, y me pregunto si acaso todos los amores serán parecidos, si acaso todos los olvidos serán iguales... pero no, yo no quiero olvidar. Sería insensato querer borrar los recuerdos. El amor no se olvida, eso tampoco. Se puede dejar de querer-lo pero no se olvida.

Y no creo tampoco que sea corto el amor, pues he descubierto que poseo un amor infinito, que no se extingue cuando no puede ser compartido, sino que se ensancha, se esparce por el mundo, se multiplica.

Lo que trato de decirte, amigo, es que mi amor es para el mundo, es para la poesía, es para mí. Y lo comparto hoy con vos y otras veces lo compartí con él, con ellos. Con los que se alimentaron de mi amor por un momento breve, brevísimo, que hubiera querido que fuera eterno, porque aún tenía más y tengo ahora mucho más que antes.

Pero fue así, y no hay olvido que pueda sanar las cicatrices de los mordiscos del amor, ni tengo ganas de maquillarlas. Me gustan ahí, me gusta verlas para recordarme como bien lo dijiste vos, que "nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos".

Quizá puedo empezar a decir ahora, que compartir ese amor nos hizo mejores...
klimt nunca me pareció tan distante... puedo tachar un nombre de la vieja libreta telefónica, nunca lo usé, nunca llamé. Puedo tacharlo ahora y comprobar que no se ha ido, supongo que este me tachó primero antes de que pudiera defenderme.