sábado, 25 de febrero de 2012
Bodas de otros
Quiero asistir a una boda
en calidad de invitada.
Pasar desapercibida
a pesar de mi vestido rojo,
de los tacones nuevos
y las horas previas de maquillaje.
Tengo ganas de vestirme
para nadie,
para mí,
para todos sin que lo noten.
De ver las rosas
en el pasillo de la iglesia,
y tomar una discretamente
para olerla,
y luego tal vez
acariciarme con ella.
Quiero bailar el vals
con un desconocido,
o mejor dos,
y confundir sus nombres.
Mientras la novia radiante
se compromete
a repetir solo un nombre cada noche.
Tengo ganas,
apenas un poco,
de brindar y beber.
Festejar la decisión de otros
a ser felices juntos.
Y luego,
más ganas aún,
de regresar sola a mi casa.
Quitarme el vestido nuevo
con olor a tabaco.
Los tacones encarnados
en mis pies adoloridos.
Lavar el maquillaje pesado,
soltarme el cabello.
Tengo esta necesidad
de vestirme para mí
y desvestirme luego,
despacio.
Después del sudor
buscar la rosa en mi bolso,
presionarla contra los labios
acariciarme los muslos;
quedarme dormida
antes de llegar al agujero del sexo.
Olerme el cabello,
dormir conmigo.
viernes, 24 de febrero de 2012
Calladita menos fea
pensé en escribir;
recordé las palabras de mi madre:
si no tiene nada bueno que decir
no diga nada.
entonces,
me puse a caminar
sin pretender llegar a ninguna parte,
y llegué aquí de nuevo.
esto no es un poema,
es un círculo vicioso.
recordé las palabras de mi madre:
si no tiene nada bueno que decir
no diga nada.
entonces,
me puse a caminar
sin pretender llegar a ninguna parte,
y llegué aquí de nuevo.
esto no es un poema,
es un círculo vicioso.
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