viernes, 4 de noviembre de 2011

Estadística

Lo veo,
solo veo números y porcentajes.

En un gráfico de pastel
                  [siempre me han parecido más apetecibles]
divididos por segmentos tecnicolor,
sus ojos,
su pecho,
sus nalgas.

Y luego las probabilidades:
de poder besarlo de nuevo,
de poder tocarlo como antes,
de despertar en la mañana a su lado,
de cocinar con usted.

Saco una calculadora,
regla de tres:
sus ojos por mis ojos,
entre mis sábanas.
No hay distribución normal
en la campana de Gauss.

Nunca me preocupé
de todas maneras
por la normalidad,
mi afinidad numérica
es igual al conjunto vacío.

Con un cuchillo rebano el pastel,
lo saboreo,
lo devoro.
He ganado.


No hay comentarios: