lunes, 7 de noviembre de 2011

Encuentro

La voy a describir,
no porque lo necesite,
si no para que ustedes la conozcan.

Tenía pecas abundantes y oscuras,
cejas pobladas,
cabello negro.

Su sonrisa era amplia,
hermosa,
genuina.

Los ojos penetrantes,
como dos gotas de tinta;
me miraban,
me comprendían.

Me hablaba,
con carcajadas
que le brotaban
como agua de los ojos.

En su mano izquierda
sostenía sin dificultad
un racimo de Chirulitos.

No volver a verla,
es lo más probable.
Incluso es indispensable
que se marchara;

Eso no cambia el hecho,
tropezamos.

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